Buena broma Saulo, aunque me parece que al anterior Papa le va más el tablero de ajedrez.
Respecto de las visiones de la beata que son revelaciones privadas o particulares, ya es triste que los facinerosos de siempre las manipulen en su propio beneficio y que unos cuantos ingeuos contribuyan con su pusilanimidad a engordar la cartera de estos mafiosos.
Gracias por tu buen humor, tu infatigable trabajo y tu instructivo y ameno blog.
Sí, me da que a BXVI le gusta más el ajedrez, jejeje. De hecho creo que ninguno de los dos vio el partido, o al menos el Papa Ratzinger no lo hizo. Por lo que he comprobado, los que han bebido de las mismas fuentes extrañas sobre la profecía manipulada se niegan a aceptar la verdadera visión. Yo la dejo ahí para que contrasten, pero siguen con la matraca; en fin, triste de verdad.
De momento una cosa es segura: los que van por ese camino no acaban nada bien. Tarde o temprano se separan del amor al Papa Francisco y caen en herejías y doctrinas extrañas. El espíritu de curiosidad, qué malo es...
¡Un abrazo y gracias por tus palabras! ¡Seguiremos con la faena!
Buena broma Saulo, aunque me parece que al anterior Papa le va más el tablero de ajedrez.
ResponderEliminarRespecto de las visiones de la beata que son revelaciones privadas o particulares, ya es triste que los facinerosos de siempre las manipulen en su propio beneficio y que unos cuantos ingeuos contribuyan con su pusilanimidad a engordar la cartera de estos mafiosos.
Gracias por tu buen humor, tu infatigable trabajo y tu instructivo y ameno blog.
Y que gane la Verdad, como siempre.
Sí, me da que a BXVI le gusta más el ajedrez, jejeje. De hecho creo que ninguno de los dos vio el partido, o al menos el Papa Ratzinger no lo hizo.
ResponderEliminarPor lo que he comprobado, los que han bebido de las mismas fuentes extrañas sobre la profecía manipulada se niegan a aceptar la verdadera visión. Yo la dejo ahí para que contrasten, pero siguen con la matraca; en fin, triste de verdad.
De momento una cosa es segura: los que van por ese camino no acaban nada bien. Tarde o temprano se separan del amor al Papa Francisco y caen en herejías y doctrinas extrañas. El espíritu de curiosidad, qué malo es...
¡Un abrazo y gracias por tus palabras! ¡Seguiremos con la faena!