Mi nombre es Sebastián Isael Pla Martorell, aunque todos me conocen por Isael, y este es mi pequeño blog. Escribo sobre lo que me apetece, pero sobre todo, escribo para Dios.

martes, 14 de diciembre de 2010

Lo que guardaba en Su corazón

Ayer acabé de leer el libro de José María Pemán Lo que María Guardaba en Su Corazón, de la editorial Rialp y del año 68. Es una preciosidad de libro, una dulzura como todo lo que trata de María. Auténtica literatura, fácil y agradable.

De él puede extraerse varias frases que aclaran o ayudan a expresar intuiciones o ideas: por ejemplo la idea no sólo de "Fe", sino de "Confianza" en Dios que expresa la propia fórmula "Amén"; no es una Fe dura, oscura, exigente, sino una confianza en Dios amorosa, un "así sea porque Tú eres bueno y sólo puedo esperar cosas buenas de Ti, me pidas lo que me pidas". Una Fe que va más allá del realismo craso, porque se apoya en quien es el Amor. Cuando Jesús le indicó a Pedro que echara las redes, Pedro sabía por experiencia que, naturalmente, no iba a sacar nada, pero confió en Cristo, y sobrenatrualmente sacó lo que todos sabemos. Esa Fe en forma de confianza que le hubiera hecho tanto bien a Kierkegaard, le hubiese dado sosiego y no angustia, cuando meditaba el sacrificio de Abrahán. Si Abrahán no hubiese tenido una fe confiada en Dios, no se hubiera decidido; de hecho, siendo tan terrible lo que Dios le pedía, ni siquiera hubiera pensado que era Dios quien se lo mandaba.

Destaco una definición de la Mariología: parte de la teología "en que todo dogma es requiebro", lisonja, piropo. Dulzura sin fin.

Y otra consideración de María como Corredentora: cuando Ella le dijo a su hijo que no quedaba vino en las bodas de Caná, Él le contestó "¿Y qué a Ti y a Mi?". A Ti y a Mi, a los dos. Ella seguidamente, como si no hubiera escuchado a Su Hijo, dice "Haced lo que Él os diga". Esta es a oración con Fe; roguemos y actuemos como si ya nos hubiera dado lo que pedimos.


Viva Cristo Rey y viva Nuestra Señora de Aparecida!

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