Mi nombre es Sebastián Isael Pla Martorell, aunque todos me conocen por Isael, y este es mi pequeño blog. Escribo sobre lo que me apetece, pero sobre todo, escribo para Dios.

domingo, 3 de julio de 2011

Encontrarás una gran película


Este post tendría que haberlo escrito al poco de haber visto la película cuando se estrenó. ¡El retraso es imperdonable!

Sólo voy a decir cuatro cosas sobre ella, de manera muy breve y desordenada, según se me ocurrieron al ver el filme o después cuando reflexioné sobre él:

· Me gusta el comienzo con la frase de Oscar Wilde: "Todo santo tiene un pasado, y todo pecador, un futuro". ¡Gran verdad! Más aún, ¡alentadora verdad! Todos los pecadores estamos llamados a ser santos; cualquier pecador puede llegar a serlo, sólo con su arrepentimiento, que es el primer paso, y con la ayuda de Dios, sin la que nada podemos hacer. NADA. Luego, nuestro granito de arena.

A pesar de esa frase, parece difícil encontrar un pasado pecaminoso en San Josemaría Escrivá, más allá de la pelea que acontece en el seminario, y que realmente se dio según me informó un amigo numerario, aunque claro, con otra persona y no sé por qué motivo (si hubiese habido legítima defensa, por supuesto no habría pecado). Su camino hacia la santidad comenzó bien pronto. De hecho su vocación, la llamada del Señor, se retrata bien en la película de Joffé, según me aseguró otro amigo, éste supernumerario: cuando sigue las pisadas de los pies descalzos de un monje que repartía leña de casa en casa. Humildísimo monje.

· Es extraño que una película llegue a dar una imagen buena de San Josemaría y del Opus Dei, cosa de la que me alegro profundamente. Se les ha demonizado de tal modo, que un acto así es un acto muy valiente. Y eso que el director es judío y, según creo, agnóstico. Aquí una entrevista al director; a destacar cuando explica por qué se decidió a filmar la película http://www.zenit.org/article-37795?l=spanish

· Dos escenas importantes, o mejor, decisivas, para entender el espíritu del Opus Dei, y que merecen un gran aplauso y el entusiasmo de los que conocemos y amamos La Obra; ahí estuvo la Gracia de Dios tocando a Roland Joffé:

1) "Todos y todo": en el filme parece que el santo tiene una revelación mientras estrá rezando; repite "todos y todo". San Josemaría Escrivá interpretó las palabras de Cristo "Y, cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí" como que no sólo atraerá a las personas, sino a TODO, también a las cosas, a las obras de las personas, es decir, sus trabajos: trabajar y poner el signo de la cruz como culmen del trabajo ordinario, y ofrecerlo al Señor.

2) Y sobre todo, la escena en que esas personas que representan a todas las profesiones humanas se asoman a aquel agujero para ver a Cristo labrando en silencio la madera en el taller de su padre San José: la vida oculta de Jesús inspiró a San José María; treinta años de vida y trabajo ordinario y discreto ofrecido a Dios.

· Otra secuencia espléndida: la práctica de la confesión en el zoo del Madrid rojo, con peligro para su propia vida y la de los que se confiesan. Una heroicidad.

· Otra más: cuando en medio del dolor de la guerra se flajela en solitario en el aseo, mientras sus compañeros se acuestan para dormir.

· Y otra: cuando los rojos matan al sacedote; esa sensación de impotencia y deseos de venganza que manifiesta su amigo y que el propio santo sabe aplacar, apaciguar. Luego, lo consuela paternalmente.

· Y por último esta, por lo que tuvo de trascendental para su vida: cuando encuentra una rosa de madera estofada durante su travesía hacia Andorra, y se decide finalmente a seguir el camino. Para quien no lo sepa, San Josemaría tuvo una duda atroz cuando sus amigos le urgieron a abandonar el Madrid de la guerra donde los curas, como sabemos, eran fusilados. Él no sabía si debía irse y salvar su vida o quedarse y arrostrar las consecuencias, como un héroe, y compartir los sufrimientos de sus hijos. Cuando en la ciudad ilerdense de Rialp encuentra esa rosa, entiende que la Santísima Virgen María le pide que huya. Al parecer, le rogó una señal que le asegurara que este era el camino correcto, y la señal era precisamente esa rosa. De ahí el nombre de la editorial Rialp y su símbolo. Más información: http://www.es.josemariaescriva.info/articulo/22-de-noviembre-de-1937-la-rosa-de-rialp
· El director tenía que pintar a los republicanos algo más "buenos" que a los nacionales, claro, por eso la figura romántica del anarquista Oriol. La verdad es que hace sonreir la escena en que con su fusil dispara a los aviones nacionales gritando enloquecido algo así como "¡Es esto lo que os gusta, ¿verad?!". Enloquecido se supone que lo está por la violencia de las tropas franquistas, cuando tiene justo detrás de él a unos cuantos ahorcados con el cartel del delito colgado en su cuello, si no recuerdo mal: "traidor" por ejemplo. Esos muertos sí dan una imagen macabra y enloquecedora.

· Para acabar, decir que el personaje más interesante no es ni el idealista Oriol, ni el taimado y finalmente redimido Manolo, sino el propio San Josemaría. De hecho, las tramas ajenas a la propia vida del santo no me interesaron mucho, y estoy seguro de que a gran parte del público tampoco.

Aunque me pareció una película con textura cercana al telefilme, no deja de ser una gran película, y merece todo el respeto y las buenas críticas que ha recibido. Gran valentía la del director.

Al final ha sido más largo de lo que tenía pensado. ¡Perdón por eso!


Algo se está moviendo en el cine; el Espíritu Santo está cambiando muchos corazones, y eso también se nota en las películas y los directores: Encontrarás Dragones, De Dioses y Hombres, El Gran Silencio, La Última Cima, Las Crónicas de Narnia... Estamos cerca de algo grande, de algo muy bueno, que dirige Dios y María Santísima y, aunque en el fondo no lo merecemos, nos han llamado para formar parte de él y hay que dar la batalla. Pero con tranquilidad, Jesús y María, el Buen Pastor y la Divina Pastora, van por delante de nosotros, sólo hay que seguirles.


¡Viva Cristo Rey y Viva la Virgen de África!

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