Mi nombre es Sebastián Isael Pla Martorell, aunque todos me conocen por Isael, y este es mi pequeño blog. Escribo sobre lo que me apetece, pero sobre todo, escribo para Dios.

domingo, 13 de junio de 2010

Un poema que me gustaría haber escrito a mí

Unas páginas más abajo daba la dirección de un blog que quisiera haber escrito yo. Aquí copio un poema que también me gustaría haber escrito. En ocasiones, cuando soy consciente de que mis pensamientos, deseos, actos u omisiones no son los que Dios querría o son directamente pecaminosos me arrepiento y le pido a Dios que no se canse de mí, que soy un torpe, pero que además de amarlo, lo necesito, porque soy perfectamente consciente de que sin Él, sin su amor, compañía y magisterio, sin que me hubiera convertido en su momento, estaría condenado de por vida, sería un alma desgraciada como dice el poema.

Si Él no me sostiene, caigo sin remedio. Él fue la red que me sostuvo cuando me precipité al dar un mal paso sobre la cuerda por la que andaba, y creía que no había red. Pues siempre hay red, y se sabe, claro, cuando uno cae, cuando es atrapado y salvado por ella. Esa red es Dios y siempre, siempre, SIEMPRE está ahí. Y me duele no saber corresponderle con todo lo que ha hecho por mí.

Yo le necesito; Él a mí no.

Yo no lo busqué; Él a mí sí.

He aquí el poema de Guillermo Urbizu:

Señor, no dejo de escribirte a cualquier hora.
Pero no sé decirte bien lo que pienso.
Ni siquiera sé si mi amor ama
o sólo son palabras lo que siento.
Señor, no te amo en todo lo que escribo.
Porque te traiciono, porque peco,
porque cuando me llamas no me enciendo
y tuerzo el gesto del alma con desgana.
Es duro reconocerlo, muy duro, pero me cansas.
Ya ves, prefiero unos versos de Sabines a la luna
o la penumbra de una estúpida novela.
Me canso de ti, Señor, me cansa
seguir tus pasos encadenado a la rutina.
Y temo por mi vida, tengo miedo
de que tú también te canses de mí
(el pánico de perderte me angustia).
Y yo sólo he nacido para ti,
sólo he nacido para amarte, para ser eterno.
Lo demás es triste de tan incierto.
Sin Dios Guillermo Urbizu ¿qué sería?
Demasiado lo sé, y me espanta sólo el escribirlo.
Porque sería un hombre muerto, una sombra
inhumana y cadáver, un alma desgraciada.
Señor, quiéreme así de traidor y de espantajo.
Quiéreme así de cobarde y pecador y disipado,
y átame a tu Cruz aunque sea a la fuerza.
La fuerza de tu amor, que es lo único que pido.


¡Viva Cristo Rey y Viva la Virgen del Rosario!

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