Hoy es San Antonio de Padua, aunque nació en Lisboa. Vivió en los siglos XII y XIII y se le suele representar con el Niño Jesús en brazos; me lo suelo imaginar haciéndole carantoñas tiernamente. Ruega por nosotros.
Me apetecía escribir sobre una pintura que descubrí hace unos pocos años, pero no la encuentro; bueno, no la he buscado con cuidado, así que la comentaré en cuanto me haga con ella. De momento dedicaré esta página a San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia Celestial, o mejor dicho, a su nombre.
Satanás se rebeló contra Dios. ¿Por qué? La Biblia no lo dice, pero algunos místicos sí han dado una respuesta muy coherente, sobre la que quizá hable otro día. La cuestión es que Satanás quiso ponerse en el lugar de Dios e instigó a los ángeles a seguirle. Dice el Nuevo Testamento en el Apocalipsis que fueron un tercio, o sea, un montón. Pero he aquí que San Miguel dirigió a los ángeles fieles y lucharon con los rebeldes. Cómo pueden luchar los seres espirituales que no poseen cuerpo es un misterio para mí, pero los teólogos dicen que lucharon con sus consciencias y voluntades. Estoy seguro de que el mismo nombre de Miguel tiene que desesperar aún más a los demonios, porque Miguel significa "¿Quién como Dios?" o "Nadie como Dios". Imaginémonos a Satanás, tan listo él, tan ensoberbecido, queriendo ser Dios. Y cuando oyó eso de "Quien como Dios" se debió enfurecer, pues la respuesta a esa pregunta es Nadie, esa respuesta la conocía porque era un ángel (y lo sigue siendo, aunque caído) y por tanto inteligentísimo, con una inteligencia incomparable a la de cualquier ser humano, y sólo una pregunta lo derribaba. Una respuesta que en verdad cualquiera puede responder, no hace falta ser un ángel. Sólo tenían que preguntarle "¿Quién como Dios?" para que todo el tinglado mental (no se si es correcto decirlo de los ángeles) que se había montado se derrumbara como un castillo de naipes. Y así fue, cayó como un rayo, porque la soberbia precede a la caída, y se ha convertido en un demonio feroz, el jefe de todos, que quiere ser como Dios pero no es más que Su mona, que en todo lo imita. ¿Que Dios tiene culto? pues a mí que también se me rinda culto. ¿Que tiene Misa? Pues yo otra, pero negra. ¿Sacerdotes? Pues yo también, pero de los míos. ¿Seguidores? ala, y yo. En fin, lo que digo, una mona.
Miguel es la pregunta oportuna, la que haría un buen abogado, un buen fiscal, un buen policía, un buen político de la oposición, para desmontar al oponente. Sólo una pregunta y adiós con todo, porque la respuesta es evidente. Tras esta pregunta Satanás sólo podía agachar la cabeza y decir "es verdad", o enrocarse en su mentira, en su locura, que sólo le acarrearía dolor, separarse de Lo Único que vale la pena en la vida. Pero Dios le dio a elegir porque Dios quiere que le amen libremente. Les dio a los ángeles y a los hombres la libertad como un bien preciadísimo que ni Él mismo puede tocar. Y Satanás eligió, y eligió mal. Porque nadie como Dios.
Aquí dejo la oración a San Miguel de Leon XIII, que compuso tras ver en una visión el asedio de los demonios contra la Iglesia, que arreciaría entonces como ahora:
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén".
San Miguel Arcángel, ruega por nosotros.
Esta página está dedicada a Ángel. Ruega por nosotros desde el Cielo.
¡Viva Cristo Rey y Viva la Virgen del Rocío!
No hay comentarios:
Publicar un comentario