Mi nombre es Sebastián Isael Pla Martorell, aunque todos me conocen por Isael, y este es mi pequeño blog. Escribo sobre lo que me apetece, pero sobre todo, escribo para Dios.

martes, 31 de enero de 2012

La Divina Misericordia: ¿incomprensible para los santos?

Una letanía de la Divina Misericordia dice así: "Sorprendente para los ángeles e incomprensible para los santos".

"¿Cómo va a ser incomprensible para los santos, teniendo éstos una extraordinaria cercanía y comunicación con Dios? Aunque les pueda resultar sorprendente como a los ángeles, es imposible que no lo comprendan", me dije. Y concluí: sólo es una exageración para resaltar las grandezas de la Divina Misericordia.

Mal concluido. Primero: las grandezas de la Divina Misericordia se resaltan solas, porque la Divina Misericordia es INFINITA.

Y segundo, que en mi mente vino antes que lo anterior: hay una parábola contada por Cristo en que sí existe un santo que no comprende la misericordia de Dios. Y es tal su incomprensión, que a todos nos cae gordo. ¿Qué parábola es? Pues quizá la más popular: la del Hijo Pródigo.

El santo es el hijo obediente, el Padre es Dios, y el agraciado con Su Misericordia, el hijo vivales. ¿Los ángeles? Los siervos, ¿por qué no? Seguro que fueron los primeros sorpendidos. De hecho, fueron los primeros en enterarse, porque el buenazo estaba en el campo antes de oir el sarao.

En definitiva, un santo puede incluso no llegar a comprender la Misericordia de Dios. La letanía no se equivocaba, y Cristo mismo nos lo enseñó mucho antes de que esta letanía fuese recitada, porque conocida, ya lo era en el corazón de Dios desde el principio de los tiempos.


¡Viva Cristo Rey y Viva Nuestra Señora del Pueyo!

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