Hoy es el día de San José, Santo justísimo, santo del silencio, de la discreción y de la buena muerte. Patrón de la Iglesia y de los seminaristas. Ora pro nobis Deo. Ahí arriba lo tenéis, cargando sobre sus hombros a la Sagrada Familia al completo, incluyendo pollino.
Mientras revisaba en el despacho algunos expedientes, apareció delante de mis narices una sentencia de un tribunal marroquí, que empezaba con estas palabras: "En el nombre de Alá...".
Al principio sonreí, pensando "cómo son estos musulmanes..." pero se me congeló la sonrisa al punto. Pensé: si todas las sentencias empezaran diciendo "En el nombre de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo..." creo que, para empezar, pocas sentencias injustas habría (o eso me gusta creer) pero sobre todo, con arranque tan, tan, ¿cómo decirlo? tan contundente (no encuentro otra palabra) sería imposible dictar sentencias en que se permitiese el aborto, el divorcio, etc. En honor a Dios, ni siquiera la legislación podría admitirlo.
Hace tiempo que quería escribir este post, y me decidido ahora, leyendo las primeras líneas de la Constitución de Cádiz, aprobada justo hace hoy 200 años, en el día de San José, por eso lo de "la Pepa".
Y esas primeras líneas dicen: "En el Nombre de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, autor y supremos legislador de la sociedad".
Qué tiempos aquellos.
Juramento de las Cortes de Cádiz, 1810.¡Viva Cristo Rey y Viva Nuestra Señora de la Capa!
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