Mi nombre es Sebastián Isael Pla Martorell, aunque todos me conocen por Isael, y este es mi pequeño blog. Escribo sobre lo que me apetece, pero sobre todo, escribo para Dios.

jueves, 19 de abril de 2012

Hic non est Christus

Hace un tiempo que busco entre los cómics de superhéroes algunos a los que se les pueda sacar una lectura religiosa, no sólo espiritual, sino directa o descaradamente cristiana. He encontrado varios, y sobre ellos escribiré en su momento. Pero hay uno en el que puse mis esperanzas, y éstas han quedado defraudadas: El Espectro.

¿Por qué esperanza? Porque el guionista de los tres volúmenes que ha editado Planeta de Agostini es John Ostrander, ex-seminarista, y el "prota" es algo así como "La Ira de Dios", un espíritu de venganza.

Y no me ha gustado porque:

1º: No manifiesta la Justicia Divina, sino una venganza macabra, una ira con saña, que algunos personajes le recriminan.

2º: Hay un caos bastante evidente por lo que se refiere a los ángeles buenos y los malos: el Espectro no es ni uno ni otro. Los demonios llegan a comerse entre sí, cuando al ser seres espirituales, es evidente que no tienen cuerpo; y otras cosas que bien podrían pasarse por alto.

3º: El dibujo representa imágenes macabras, de pesadilla, propias de pelis como las de Freddy Kruegger. Incluso la propia letra "T" del título adpota una forma de cruz latina que quiere asemejarse a las de cementerio y dar cierta sensación de muerte y desesperanza, cuando las cruces de los camposantos representan el descanso en Cristo y la espera de resucitar para la vida eterna como hizo Él.

4º: Y definitivo: Dios no es Dios. Ojeé el último tomo para ver si aparecía Él, y efectivamente lo hacía con una imagen que no desentona con el resto del cómic: era el mismísimo cuadro de "Saturno devorando a sus hijos" de Goya. Delgado, barbudo, cano y con ojos desorbitados, comiéndose al propio San Miguel, simplemente porque así le place.

Y sabemos que Dios no es así. Dios es Amor. Es Justo y Misericordioso. Su Justicia es inevitable; tan inevitable como Su Misericordia, para quellos que a ella se acojen.

En definitiva, no es un buen cómic para conocer a Dios. Es un cómic macabro. Y porque buscaba algo que no he encontrado, dejé de leerlo. Creo que llegué hasta el final del primer tomo, pero ahí lo dejé.

¿Qué haré con los tres volúmenes? Tirarlos a la basura. Buscaba a Jesús, pero hic non est.




¡Viva Cristo Rey y Viva Nuestra Señora de la Fuente de la Salud!Alineación al centro

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