Mi nombre es Sebastián Isael Pla Martorell, aunque todos me conocen por Isael, y este es mi pequeño blog. Escribo sobre lo que me apetece, pero sobre todo, escribo para Dios.

miércoles, 17 de abril de 2013

Apocalipsis 2012

Con el consentimiento expreso de Fray Nelson Medina O. P. reproduzco aquí dos posts de su recomendable blog sobre el 2012 y el Apocalipsis (tiene otro blog en Infocatólica igual de bueno). No sé si será coincidencia, pero las cosas que él ha oído son iguales o muy semejantes a las que oí yo en su día. Dejo para más tarde el comentario sobre ellos. ¡Que lo disfrutéis!

Apocalipsis 2012 (I)

A mi buzón de correo electrónico, y seguramente al tuyo, no paran de llegar mensajes con avisos y advertencias sobre hechos catastróficos. Los agrupo en tres categorías: (1) Los que aluden a fenómenos astronómicos o pseudocientíficos, como el famoso calendario maya; (2) Los que aseguran que hay grandes conspiraciones que ya están sucediendo, como el Club de Bilderberg o el chip del 666; (3) Los que recopilan mensajes de “instrumentos” o “videntes” que, en diversas partes del mundo estarían recibiendo ya no sólo advertencias de Cristo o de la Virgen María, sino incluso: instrucciones de cómo sobrevivir a los desastres que vienen sobre el mundo. Estos tres tipos de mensajes se conectan de varios modos, por lo menos en el hecho de que unos se alimentan del ambiente de pánico sordo que van creando los otros, de manera que el que no cree en los mayas pero ve que la Virgen supuestamente dice algo que va a suceder en este año 2012 termina pensando que “algo debe haber de cierto” en la expectativa para el 2012.
Contexto reciente de los mensajes catastróficos
Antes de continuar, conviene recordar varios hechos:
  1. No es nuevo anunciar el fin del mundo, o hechos apocalípticos a gran escala. De hecho, la lista de personas, fechas y obras que han hablado de catástrofes es muy extensa. Sin siquiera intentar esa lista recordemos para qué fechas se han anunciado eventos sin precedentes: Para el año 1000, por asociación con esa cifra que aparece en el Apocalipsis; para el siglo XIV con la peste negra que diezmó brutalmente a Europa; para el siglo XIX con los Mormones; para el siglo XX con los Testigos de Jehová (varias veces); para el año 1998, que es 666×3; para el 2000; para el 2006; ahora para el 2012.
  2. Llama la atención también que la fiebre de “fin del mundo” no afecta por igual a todos los pueblos. Cuando uno tiene ocasión de viajar un poco, se da cuenta que mientras que en un país hay un vidente que de parte de la “Virgen” pone en vilo a decenas de miles de personas, en otro país la misma “Virgen” está más sosegada, y únicamente reclama que se respete más la vida o se vaya más a menudo a misa. Hay países que parecen muy poco amados por la “Virgen,” porque todavía no les ha mandado vidente, y otros en cambio tienen grupos numerosos de visionarios que en algunas coinciden y en otras se contradicen. En lo que todos se parecen es en crear una atmósfera de gravedad última y de máxima alerta, de modo que anda por Internet un archivo en PDF que se titula “Escritura Sagrada” (que algo se me parece a la “Sagrada Escritura,” la Biblia), el cual ha sido “dictado” directamente por Jesucristo, incluyendo alguna sfaltas de ortografía y de sintaxis.
  3. Por supuesto, el único calificativo que merecemos los que no aceptamos que tales revelaciones sean celestiales y equiparables a la autoridad de la Biblia, es que somos incrédulos. O que somos parte del humo de Satanás. O masonería infiltrada, o un complot más en contra del Papa. O que la teología nos secó la fe. O que estamos de parte de la pandilla de cardenales que están a punto de tomarse el Vaticano, precipitando así la huida angustiosa de Benedicto XVI (esto último se afirma que sucederá en este año 2012).
  4. Como consecuencia lógica, los entusiastas de estos mensajes no pueden discutir con nadie porque discutir ya sería poner una sombra duda sobre un hecho que es indiscutible y venerable, a saber, que Cristo mismo ha hablado o que la Virgen ha hablado: no creerles sería ofenderles; de modo que no cabe discutir nada. Sólo hay que aceptar y obedecer. Por supuesto: esta es la estructura mental y comunicativa de toda secta. Así han funcionado las sociedades secretas, los grupos de “iniciados” y en general los mismos archienemigos que estos entusiastas dicen batallar.
Respuestas de los entusiastas a las objeciones
Los que creen estas cosas aún deben responder a ciertas objeciones; sobre todo tres:
  1. ¿Y por qué la Iglesia no dice nada? Esta sería la respuesta: “Porque el Papa está manipulado, amordazado y casi encarcelado. No es libre sino que le manejan sus cosas y lo extorsionan sin tregua y sin cuartel. Él sí quisiera hablar y advertir; él ya sabe todas estas cosas;él sufre en silencio. Pero sigue hablando de temas laterales, como los Padres de la Iglesia, o el Año de la Fe, porque la presión que tiene en el Vaticano no le deja hablar como él quisiera.”
  2. ¿Y los obispos y tantos sacerdotes por qué no informan? Según los entusiastas de los mensajes, la respuesta sería esta: “Porque de hecho muchos obispos son inflitrados, es decir, enemigos de la Iglesia que han llegado a posicionarse como obispos para destruirla desde dentro. Hay unos pocos obispos buenos y santos pero les pasa lo mismo del Papa: nadie los deja hablar. En cuanto a los sacerdotes, muchos están engañados mientras que otros son del bando del enemigo. Así piensan, de verdad, muchos de estos fanáticos de los mensajes. Para ellos, por consiguiente, la Iglesia está a las puertas de un gigantesco cisma en que se notará que muchísimos clérigos habían abandonado la fe. Pero el pequeño resto que quede saldrá de los que aceptaron los mensajes.”
  3. ¿Y qué pasa si termina el 2012 y el Papa no ha huido del Vaticano ni ha llegado el llamado “Gran Aviso” (que según varios correos durará siete minutos, sucederá en todo el mundo y producirá aludes de conversiones)? La respuesta de los entusiastas va en esta línea: “¡Dios escuchó nuestras oraciones! Ha pospuesto un poco el tiempo del castigo, pero no está muy lejano; esta vez será en el año 2015. O en el 2018. O en ambas fechas, y otras más.”
La Virgen Conversadora
Sin ánimo de desprecio ni traza de ironía, uno puede preguntar por qué hay tantos mensajes, o supuestos mensajes, en estos tiempos. Alguien dijo que la Virgen se había vuelto “parlanchina.” Como sabemos que hay mensajes que han recibido amplio aval de la Iglesia, cual es el caso de La Salette, o sobre todo, de Fátima y Lourdes, esa expresión puede ser innecesariamente fuerte. Pero son muchos mensajes. Se supone que los videntes de Medjugorie reciben uno diario. La respuesta de los entusiastas a la cuestión de por qué son tantos es siempre la misma: Porque la gravedad del asunto, la sordera de la gente y la urgencia del tiempo ya breve reclaman esa insistencia.
Hay escritores, como el colombiano Rafael Arango, o el mexicano Luis Eduardo López Padilla, que han hecho amplias y profundas investigaciones de centenares de mensajes, buscando una línea común, como quien arma un gigantesco rompecabezas. Al parecer, la Virgen ha soltado piezas aquí y allá, y sólo la gente muy aguda, como estos autores, logra poner todo junto y en orden. Personalmente, el hecho de que algo tan vital, si así lo fuera, pareciera requerir de tan avanzados esfuerzos por parte de gente tan intelectual, me parece que habla en contra de los mensajes mismos. ¿No habíamos quedado en que el mensaje de la Buena Nueva es para los pobres y los sencillos?
Y luego viene la otra recomendación. Jesús o la Virgen María parecen recomendar en documentos recientes, con abundancia de detalles además, cuáles han de ser las velas, la cantidad de agua, el volumen de ropa que hay que guardar para cuando sobrevenga el desastre. Uno se pregunta qué sucedería con los pobres, que no tienen la ropa para hoy, cuando se les manda de parte del Cielo que tengan ropa “para varios años.” Queda también un tufillo de mercantilismo de oportunidad cuando algunos de los archivos con mensajes ya muestran la foto del morral de supervivencia con todos su aditamentos. ¿Qué vendrá en posteriores ediciones, el link para comprarlo en amazon.com ?

Apocalipsis 2012 (y III)

Circunstancias extremas. La humanidad ha conocido tiempos de relativa tranquilidad, como se cuenta de laPax Romana, y ha conocido también tiempos de enorme turbulencia, como se recuerdan en Europa las Guerras Mundiales.

Aquí va una primera tesis: en los tiempos de mayor turbulencia surgen personalidades y posturas extremas, para lo bueno y para lo malo. Supongo que no necesita mayor demostración esa tesis. En buena parte la turbulencia implica menos tiempo para la reflexión y más tiempo para la acción. La suma de las consecuencias de las acciones así realizadas aumenta la presión y entonces obliga a tomar nuevas decisiones más drásticas y menos pensadas. Pronto se llega al esquema de un tornado. Los ánimos se radicalizan hacia el bien o el mal. El heroísmo y la perversión van quedando como únicos contendores.
En buena parte, el libro del Apocalipsis describe un escenario semejante. La historia humana se aproxima a su final y una serie de eventos, en cielo y tierra, conducen a una radicalización de posturas que estalla violentamente en el capítulo 19. No tiene nada de extraño entonces que cuando la confianza en los principios morales más sagrados se agrieta, la gente sienta que ha llegado el Apocalipsis.
El cerebro trabaja distinto en tales circunstancias y esto es algo que no puedo enfatizar lo suficiente. Estamos acostumbrados a imaginar nuestra capacidad racional como un espacio de sensatez intocable, superior y aislado al mundo de las pasiones, los miedos o los deseos más profundos. Una psicología de visión más amplia debería llevarnos a concluir algo distinto. En las catástrofes, naufragios, incendios o secuestros, el cerebro funciona de otra manera. Puede ser más fuerte, o más tonto, o más agudo, o más generoso.
Los tiempos turbulentos son tiempos en que ese tipo de reacciones extremas llegan a convertirse en algo ordinario. La Biblia da cuenta de ese estado psicológico, en el que, por ejemplo, dos mujeres, ambas madres, víctimas de una hambruna indescriptible, discuten airadamente, y el motivo es que habían acordado comerse a sus hijos, primero un día el de una, y al día siguiente el de la otra; pero la segunda incumplió el pacto y escondió al hijo (2 Reyes 6,26-30; véase también Lamentaciones 4,10).
Por eso estimo de irreemplazable valor el estudio de la historia. Ver cuántos pueblos han pasado por épocas de horrible estrechez y angustia; leer algo de los relatos de salvajismo y violencia; escuchar los lamentos enloquecidos de quienes llegan a circunstancias inimaginables… eso tiene un valor; eso enseña a poner en mejor perspectiva lo que vivimos y las amenazas que pesan sobre nosotros.

Tiempos de crispación

Una de las santas que ha impactado mi vida, siempre con abundantes bienes, es Catalina de Siena. Lo que ella vivió sólo puede llamarse un tiempo de contrastes brutales. Vayamos al siglo XIV. Veamos desparecer ante nuestros ojos una tercera parte de la población de Europa, bajo el embate de sucesivos ataques de la peste. La misma Catalina ayudó a amortajar a decenas de sus propios parientes. Hubo poblaciones enteras donde los cadáveres se pudrían al aire libre porque no había fuerzas ni ánimo para enterrarlos. Monasterios y conventos quedaron desolados. ¿Qué podía pensar la gente? Es este el tiempo también de otro pináculo de santidad en la familia de Santo Domingo; es el tiempo de San Vicente Ferrer. ¿Cómo se le conoce comúnmente? El Ángel del Apocalipsis. La predicación de Vicente se recuerda en esta inscripción: Timete Deum quia venit hora iudicii eius. (Apocalipsis 14,7).
Siglos antes, el Occidente europeo presenció una oleada impresionante de fanatismo e histeria. Cuando el año mil se acercaba, una fiebre apocalíptica contagió regiones inmensas. Flagelantes salpicaban con su sangre los caminos y las plazas. La gente prorrumpía en llanto convulsivo. Los predicadores bramaban desde los púlpitos reclamando aún más fervor y más penitencia. Es la sensibilidad bien descrita, con poesía de tanta altura en el Dies Irae (hermosa versión cantada aquí), himno que se ha atribuido a diversos autores alrededor de la fatídica fecha.
Todavía otros siglos atrás, cuando caían con estrépito las estructuras más sólidas del Imperio Romano, y lo que no ardía ya crujía, la gente veía llegar el fin del mundo. La dura sensación de frustración, la ira impotente, la incapacidad de aceptar lo que veían sus ojos, fue la norma para aquellos habitantes del Imperio, que, no es de maravillarse, acusaron a los recién llegados, los cristianos, de destruir los valores que debían hacer de Roma “eterna.” El hecho está bien registrado por San Agustín en los libros I a V de su Ciudad de Dios.
En épocas más recientes no han faltado las catástrofes naturales o las conmociones internacionales que alteren profundamente los ánimos. Desde el terremoto de Lisboa, que destruyó en muchos la fe en la providencia divina, hasta el régimen del terror en la Revolución Francesa; desde la estupefacción que generó la “Gran Guerra,” hoy llamada Primera Guerra Mundial hasta los años de increíble tensión de la Guerra Fría.
A veces me pregunto qué dirían los que hoy ven el Armagedón tan inminente si hubieran tenido que pasar por lo más crudo de esos eventos, y de tantos otros que no menciono por no recargar el texto.
Los que hoy sólo hablan del Vaticano para repetir fuera de contexto la conocida frase de Pablo VI, que el humo de Satanás ha entrado en la Iglesia, ¿qué dirían si pudieran visitar el tiempo de Alejandro VI? Los que consideran que estamos presenciando las peores catástrofes naturales, ¿qué hubieran exclamado al ver morir dos millones de personas en una sola inundación (China, 1931)? El tsunami del 26 de Diciembre de 2004 es para muchos una prueba de que la naturaleza está a punto de colapsar. ¿Qué hubieran pensando el 13 de Noviembre de 1970, cuando un ciclón en Bangladesh condujo a la muerte a medio millón de personas, es decir, prácticamente el doble de la catástrofe sucedida 34 años después?
De ningún modo pretendo minimizar el dolor que causan nuestras crisis y problemas; mucho menos quiero acallar las voces que piden que nos convirtamos a Dios. ¡A eso he empeñado mi vida, a la predicación del Evangelio de Jesús! Lo que pido es sensatez, perspectiva, sabiduría y humildad. Y sobre esto último quisiera añadir una palabra más.

Factores psicológicos importantes en la mentalidad apocalíptica

Rudolf Otto describió en genial síntesis cómo en lo religioso suelen fundirse lo “fascinante” y lo “tremendo,” que literalmente significa: lo que te hace temblar, lo que te estremece. Cuando se piensa en los grandes acontecimientos de la historia humana, algo así se siente. Cuando se reflexiona en los eventos cósmicos que precedieron o que seguirán al paso de la especie humana por este planeta, algo así se siente. Cuando una gran decisión, colmada de complejas implicaciones, está a punto de ser tomada, algo así se siente. César a orillas del río Rubicón; la caída del primer aguacero sobre la tierra; el hinchamiento colosal del sol hasta engullir la tierra… este es el tipo de cosas que despiertan un escalofrío saludable, y una sensación de la grandeza y fragilidad de todo lo humano.
No hace mucho Monseñor Charles Pope, de la Arquidiócesis de Washington, escribió un magnífico artículo sobre la ambigua psicología y sutiles pretensiones que pueden estar inconscientemente en quienes anuncian un apocalipsis inmediato. Ya el título invita a pensar (traduzco) : ¿De verdad estás listo para el retorno del Señor?Y la frase que a continuación cito vale por un libro:
El peligro que hay que evitar en nuestro celo por el retorno del Señor es la noción triunfalista de “Señor, ¡dale a este mundo el castigo que se merece!” Porque al pedir al Señor que aplaste a los malvados no deberíamos fácilmente presumir que no estamos entre aquellos que serán pisoteados.
Ese es un factor psicológico que puede entrar de contrabando en muchos corazones y mentes de gente piadosa. Factor plenamente entendible: es normal sentir ira ante el avance impune de la iniquidad; es normal sentir ira ante la visible pasividad de tantos pastores de nuestra amada Iglesia; es normal sentir ira cuando el crimen se vuelve legal o se vuelve incluso ley. Y es entendible entonces que uno mentalmente quiera enderezar tanto torcimiento por los medios más drásticos y efectivos que se puedan imaginar. Vienen a la mente las palabras del comienzo del capítulo 36 del Eclesiástico:
Sálvanos, Dios del universo, infunde tu terror a todas las
naciones, para que sepan, como nosotros lo sabemos, que no hay Dios
fuera de ti. Renueva los prodigios, repite los portentos.
Otro factor, no menos escondido y sutil, es el deseo de presenciar los acontecimientos decisivos de toda la historia de todos los tiempos. Nada podrá nunca compararse con el gozo de ver toda la gloria de Cristo, todo el esplendor de su verdad, toda la hermosura de su pureza y santidad. ¿Quiénes serán dignos de contemplar ese momento? G W. Hegel decía que la historia del pensamiento, desde los Griegos hasta Kant, y un poco más, había sido la preparación para la filosofía realmente completa, madura y definitiva, es decir, la del mismo Hegel. Es arrogancia pero igual nos puede tentar a nosotros. Cristo dijo a sus discípulos, en Mateo 13,16-17:
Dichosos ustedes, porque tienen ojos que ven y oídos que oyen. Les aseguro que muchos profetas y personas justas quisieron ver esto que ustedes ven, y no lo vieron; quisieron oír esto que ustedes oyen, y no lo oyeron.
Y en la Carta a los Hebreos 11,38-40 leemos:
Estos hombres, que el
mundo ni siquiera merecía, anduvieron sin rumbo fijo por los desiertos, y
por los montes, y por las cuevas y las cavernas de la tierra. Sin embargo, ninguno de ellos recibió lo que Dios había prometido, aunque fueron aprobados por la fe que tenían; porque
Dios, teniéndonos en cuenta a nosotros, había dispuesto algo mejor,
para que solamente en unión con nosotros fueran ellos hechos perfectos.
No negaremos que se siente algo especial cuando uno piensa que ha llegado al mundo como quien entra al teatro justo antes del momento culminante de aquella majestuosa ópera, como si todos estuviesen aguardando a que llegáramos. Es más agradable, de alguna manera, escuchar que “estos tiempos son los últimos y decisivos, y todo está en juego;” eso impresiona más (a nuestro orgullo escondido) que oír algo como esto: “Vive bien esta época que será la transición hacia otro tiempo, que entra en la lista de muchos otros tiempos, con gente buena y gente mala, como la hay en tu tiempo.”


Termino citando el testimonio de un gran santo, contemporáneo nuestro. ¿Creía elBeato Juan Pablo II que la historia humana estaba en los estertores finales? No lo parece si juzgamos por lo que escribió en 1990, en el prólogo de su preciosa encíclica Redemptoris Missio:

La misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, está aún lejos de
cumplirse. A finales del segundo milenio después de su venida, una mirada
global a la humanidad demuestra que esta misión se halla todavía en los
comienzos y que debemos comprometernos con todas nuestras energías en su
servicio.


4 comentarios:


  1. Estoy de acuerdo en la mayoría de las cosas, pero hay que puntualizar otras. No me gusta que meta entre las revelaciones de la Virgen a las de Medjugorje, se nota que el padrecito(con cariño,pues es un buen padre, he escuchado varias homilías suyas) no ha estado en Medjugorje cuando escribió esto. Y los mensajes de Medju son muy diferentes a los que se oyen por ahí. Otra que dice que porqué la Iglesia o Juan Pablo II no dicen nada, pues sencillo, ya Jesús dijo que solo lo sabía el Padre pero nos dijo tambien que signos predecerían su segunda venida su Revelación de plenitud, que es lo que significa Apocalipsis=Revelación.

    Tambien comentar que cuando nombra la llegada del primer milenio de la humanidad después de Cristo se produce una fiebre de penitencia, pero yo tal echo no lo juzgaría de manera tan rápida pues recordemos que Nínive se salvó de su propio Apocalipsis gracias a la penitencia y conversión, es decir pedir perdón arrepentidos de corazón y conversión de costumbres.

    Y puntualizar que los Apostoles y el propio San Pablo creían en la inminente segunda venida de Cristo y esto no era sinonimo de terror y espanto junto con fanatismo sino una mayor conversión y valentía en el anuncio de la Palabra de Dios, siendo gracias a ello la gran urgencia no solo de salvar sus almas sino de participar con Cristo en la salvación del prójimo. Un abrazo y bendiciones.

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  2. Sí, es así en muchas cosas, Juan Pablo. El padre fray Nelson duda sanamente de lo de Medjugorje, pero no niega que allí hay un Mar de Gracias, así me lo ha dicho expresamente. Tú y yo hemos estado en Medjugorje, y creemos firmemente en lo que allí ocurre. Es más, lo sabemos. Animo a cualquiera que tenga dudas al respecto se pase por allí aunque sea por curiosidad. A ver cómo vuelve... : )

    Sobre si estamos o no en el fin de los tiempos tengo mis sospechas. Es curioso que también yo tengo la sensación de que la naturaleza gime con dolores de parto, creo que está a punto de pasar algo grande, pero no sé el qué. Confío en lo que María dice en Medju y que va a ser algo maravilloso. Mi sensación interior es que "Dios tiene prisa", pero no sé de qué...

    Los últimos tiempos y la inminente Segunda Venida tienen que ser para nosotros un acicate en la conversión y en la evangelización, como con San Pablo y los Apóstoles. Pero ya San Pablo advertía de ciertas desviaciones: "el que no trabaje que no coma", aquello de que antes de la Parusía debía pasar "algo", que no explica expresamente en sus cartas, para desesperación de San Agustín...

    Lo mismo que ahora en ciertos ambientes insanos como los que he conocido yo y al parecer también el padre Nelson: fanatismo, que incorpora un fariseísmo de la peor calaña, falta de auténtica esperanza cristiana, deseo del castigo de Dios a los malos, búsqueda de novedades y fábulas (poligenismo, ingeniería genética, María ángel encarnado o ángel mayor...), etc.

    Muchas personas buenas se han acercado a Padillas y Villasanas y les han infiltrado doctrina rara y aterrorizadora, que además infunde falta de confianza en la Iglesia.
    Sobre esto último, conviene echar un vistazo a este artículo de Villasana: http://chemtrailsevilla.wordpress.com/2013/03/19/fue-invalida-la-renuncia-de-benedicto-xvi/

    Y sobre el temor, este de Padilla: https://uncioncatolica.wordpress.com/2011/04/15/importante-explicitacion-de-luis-e-lopez-padilla-preparense-fisica-emocional-y-espiritualmente-pues-grandes-catastrofes-ocasionadas-por-desastres-naturales-estan-por-caer-al-mundo-mejor-m/

    Si te contara las cosas que he tenido que escuchar y leer... pronto espero escribir un post sobre la calumnia, esa cosa satánica, de la que advierte nuestro buen Papa Francisco y de la que los "perfectos católicos" de mi ciudad se han servido para desacreditar a toda la Iglesia local. Dios los perdone.

    Un abrazo y bendiciones, brother.

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  3. Apreciado Saulo, he leído tus últimos post y han sido una gran ayuda para mí, en cuanto que me han permitido reflexionar sobre diferentes aspectos. Escribo en éste porque es sobre el que deseo apuntar algo.
    1) El Apocalipsis es tema que actúa como imán para el ser humano, por desgracia para algunos se constituye en obsesión morbosa.
    2) Comparto opinión con Fray Nelson Medina y contigo respecto de que para intentar comprender esta Certeza futura se necesita sensatez, racionalidad, y sobre todo estudiar y asimilar la Revelación (la Biblia o como mínimo el Evangelio completo)y por supuesto hacerlo desde la Fé con absoluta humildad.
    3) Si el Apocalipsis se produce en mi tiempo, y desde luego que podría producirse, para mí, como católico seglar, constituiría un auténtico fracaso pues significaría que el maligno se habría hecho con el control casi absoluto del mundo y TODOS LOS CATÓLICOS habríamos fallado en el mandato expreso de Nuestro Señor: "Id por el mundo y predicad el Evangelio" y los católicos SEGLARES habríamos fallado en la construcción del mundo Ideal (encargo expreso de Dios en el Génesis).
    Las consecuencias personales ya te las puedes imaginar.

    4)Por eso solicito a todos aquellos que claman y/o braman pidiendo La Segunda Venida de Cristo que no sean tan frívolos en su petición y que trabajen firmemente en lo que Dios nos ha pedido y dejen de lamentarse para darse coba.

    5) Sabemos con absoluta Certeza que el Apocalipsis se cumplirá y sabemos que será en esta generación (S. Mateo 24,34). Es Palabra de Dios.

    6) Pero cuando Nuestro Señor se refirió " a esta generación" es claro que no se refería a la generación de los primeros apóstoles (murieron hace 2 milenios), entonces se puede deducir, y esto es opinable, que se refiere a la generación de los cristianos, de los católicos. La anterior generación, por tanto, sería la de los judíos. Dado que el tiempo es Creación Suya sólo Él sabe cuando tendrá que ponerle fin.
    Lo demás me parece jugar a las quinielas y distraerse de lo principal y fundamental que es Evangelizar toda la Tierra y para los seglares construir un mundo Ideal.

    Te pido perdón por la extensión del comentario, pero como bien sabes los catastrofistas apocalípticos se extienden como una plaga y arrastran voluntades de gente de bien y de católicos de débil Fé.

    Muchas gracias por tu tiempo (no sé de donde lo sacas) y mi afecto y admiración por tu excelente trabajo. Continúa así por amor a Dios.

    Tu amigo: Jesús.

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  4. ¡Estimado Madri leño!
    Siempre es una gran alegría para mí verte por aquí y leer tus calurosas palabras. Esta es tu casa.
    Toda la razón del mundo sobre el imán que es el Apocalipsis. Es un libro extremadamente complicado y sólo con el paso del tiempo se va comprendiendo más y más, con la ayuda de teólogos (¡e incluso de novelistas!) inspirados por el Espíritu Santo. Lo cierto es que son pocos los teólogos que se atreven a estudiarlo seriamente y sin prejuicios de ninguna clase (recuerdo a un sacerdote que dio unos cursitos de Biblia entre otros a mi madre y aseguró que en verdad el Apocalipsis ya se había cumplido con Nerón y Diocleciano. ¿qué fuerte, verdad? Eso es contrario a la Doctrina de la propia Iglesia).
    Dos de los fiables son el padre Sáenz y el padre Castellani, ambos argentinos. Durante un tiempo los sacerdotes no recomendaban leer el Apocalipsis porque podía volver un poco locas a las personas... doy fe de ello, jajajaja. Aunque el padre Castellani respondía que el cardenal Newman no era un loco, tengo que decir que los que he conocido, ni son ni se acercan a Newman ni a Castellani.
    El problema es que si alguien lo estudia con seriedad, se le pegan los moscones...

    Si uno lee por ejemplo a Sáenz y escucha sus entrevistas, en que invitan a Villasana y a Padilla, verá cómo el padre no se arriesga a decir cosas que los otros aseguran sin ningún género de dudas, bien basándose en mensajes marianos dudosos, bien en videntes ya puestos en entredicho como Vassula, bien en propias conjeturas, bien en un presunto cuarto secreto de Fátima que simplemente no existe, bien en el secreto de la Salette hecho público y con imprimatur que al parecer resulta contradictorio con el original encontrado hace poco en Roma... Si no ¿de qué vivirían esta gente? Me da pena ver cómo José María Zavala, por ejemplo, cita a Villasana en sus artículos. Sin querer arrastra a otros a fuentes malas.

    Si al padre Sáenz le preguntas si estamos ya a la vuelta del Apocalipsis, te dirá que no lo sabe, es decir, que no dice ni sí ni no y ambas cosas podrían ser, dados los signos que pueden interpretarse. Si se lo preguntas los otros te dirán "¡Sí, con toda seguridad! ¡Compra mi libro que yo te lo explico allí, y meto con calzador los hechos para que coincidan!". Luego, ves todo lo decepcionante que hay detrás.

    Es verdad que falta la predicación del Evangelio por todo el mundo. Aunque está muy extendido, pienso por ejemplo en el centro de África, de donde ha nacido el vudú y muchas prácticas directamente satánicas en todos los sentidos: desprecio del hombre hasta el canibalismo o el sacrificio humano, invocación de espíritus malignos (demonios) para hacer el mal, etc. Voto por una visita papal en esos territorios, que hará despejar la zona de oscuridad y superstición. Clavar la Cruz en el corazón del mal...

    Otras cosas sí se han cumplido: el regreso de los judíos a Israel desde 1948. Otras pueden cumplirse pronto: el número de soldados en la guerra que describe el Apocalipsis...

    A nosotros nos toca ir evangelizando según nuestro estado y posibilidades. Lo demás, en manos de Dios.

    Es interesante la interpretación sobre la venida "en esta generación". ¡No la conocía, la verdad! Simplemente entendía que Dios tenía muuucha paciencia, y que los actos buenos de las buenas personas retrasaban los tiempos finales. ¡Gracias por la información!

    Y no te preocupes por la extensión de los comentarios. Ya ves que algunos míos no son muy cortitos. Son más largos los de los catastrofistas. Y también sus plomizas conversaciones cuando intentan convencerte: le dan vueltas y vueltas para asentar el terreno. Lo sé por experiencia.

    Un fuerte abrazo para ti y tu familia en estos momentos y que Dios os bendiga con Su Gracia y Su consuelo, hermano.

    Isael.

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