Mi nombre es Sebastián Isael Pla Martorell, aunque todos me conocen por Isael, y este es mi pequeño blog. Escribo sobre lo que me apetece, pero sobre todo, escribo para Dios.

martes, 19 de noviembre de 2013

Miles Dei

Bueno, ya habéis visto que la imagen del blog ha cambiado mucho. Aunque el anterior era provisional, se ha mantenido 3 buenos añitos. Qué pena me da quitarla, pero ha sido para mejor.

La primera ilustración es claramente acorde con el título y mi experiencia personal: una vidriera que representa la conversión de San Pablo.

La segunda es un genial dibujo realizado por mi amiga Raquel, artista viguesa ganadora de varios premios de pintura. Tras nuestra peregrinación a Medjugorje en agosto de 2012 donde nos conocimos, me impuso el exagerado apodo de "Caballero de Dios". Abusando de su amistad pedí que me hiciera un dibujo para el blog. Me envió varios fondos diferentes para el mismo caballero, cuyo original tengo enmarcado en mi despacho.

Aquí dejo la explicación que nuestra artista ha hecho del dibujo. Luego explico por qué escogí justamente este.

De tanto recitar aquello de "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" acabé cayendo del caballo. Quién sabe, quizá Dios quiera que en el futuro también llegue a ser un indigno Miles Dei. Lo que Él disponga.

Ahí va:

Caballero con armadura: Con la armadura se protege el cuerpo. Dios es nuestro escudo y armadura. Pero no debemos escondernos debajo de la armadura (como hizo el caballero de la armadura oxidada) y dejar de brillar.

A caballo: representa la nobleza y el valor. También necesitamos muchas veces caernos del caballo y "convertirnos" un poco más, confiar más en Dios, "convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos". Todos tenemos nuestro "caballo", caballo del que debemos bajar muchas veces para fiarnos más de Dios. Nuestro caballo puede ser el mundo, el dinero, el trabajo, las seguridades..etc..

Escudo (interior): Dios es nuestro escudo.
"El camino de Dios es perfecto, la palabra de Dios es infalible. El es un escudo para los que en él se refugian." (2Sam)

Escudo (exterior): Con el vértice hacia arriba, hacia Dios. El escudo tiene un poco forma también de triángulo, con el que se ha representado a Dios. Símbolo de perfección, de sabiduría.

Cruz: Símbolo del cristianismo. Todos tenemos nuestra cruz. Representa también nuestro sufrimiento, nuestro ofrecimiento del mismo a Dios. Al estar en el escudo, es porque está muy unida a Jesús. Él es nuestro escudo, nuestra fortaleza. Él también fue débil y pequeño.

Flor de lis: La Flor de Lis es la representación simbólica del lirio, flor que existe en la naturaleza, flor apreciada desde Egipto y Grecia, y utilizada como atributo simbólico por el cristianismo como representante de la gloria, el esplendor, la inocencia, la pureza, la alegría y fuerza de vida. Ya Jesús hace referencia al "campo de lirios" en el Sermón de la Montaña, como la "confianza en Dios, que nunca hace preguntas". Y se lo presenta como flor de atributo de muchos ángeles y santos, como por ejemplo,Gabriel, Antonio de Padua y Domingo. Muchos son los atributos que a lo largo de la historia se le adjudican a la intención de la Flor de Lis dentro del conjunto heráldico. Entre ellos podemos mencionar: Ánimo generoso que paga agravios con beneficios; claridad en la dirección que hay que tomar, marcado por el pétalo central; Unión, dado por el lazo que une los tres pétalos.

Cuando se representa al arcángel Gabriel en la escena de la Anunciación, muchas veces lleva un ramo de lirios en las manos, que le ofrece a María.

El lirio como símbolo no solo representa pureza, sino que se convierte en un símbolo de fe y de la rendición a la gracia de Dios. En la liturgia cristiana, el lirio es un símbolo de la Pascua. Simboliza al Cristo y representa la resurrección y la inmortalidad. En las pinturas de la Anunciación, el lirio alude tanto a la pureza de María como al Cristo.



Flor Edelweiss: En alemán, Edel significa noble y Weiss, significa blanco. Los significados simbólicos de la flor Edelweiss es osadía, coraje y noble pureza. Estos significados se derivan de la capacidad de la planta para crecer en climas fuertes de montañas y de su coloración blanco puro. La flor Edelweiss ha tenido un significado cultural en las operaciones militares en los Alpes. Considerada un símbolo de valentía, porque era peligroso y difícil escalar hasta las zonas altas y escarpadas donde las flores crecen para obtenerlas. La flor está curtida por el viento, por la altura, eso la hace esplendorosa, difícil de alcanzar.

12 Estrellas: De la corona de María. " ... Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.." El 12 representa también a los 12 apóstoles y a las 12 tribus de Israel.
" El Señor sana los corazones destrozados, venda sus heridas. Cuenta el número de estrellas, a cada una la llama por su nombre"

*          *         *

Bueno, pues elegí el Caballero con el número 15.2 en primer lugar porque su fondo colorido y abstracto casa bien con la vidriera de la izquierda. 

Segundo, porque el color rojo mancha su armadura: es sangre. No hay buen soldado sin heridas. Deben mostrarse como medallas. Son siempre propias de la batalla, física y espiritual, pero esa batalla no tiene por qué haber acabado en victoria: Dios nos quiere luchadores. 

Y en tercer lugar porque la lanza del Caballero apunta al Cielo de donde también brota sangre. Al poco de mi conversión le comenté a un amigo (ateo, por cierto) lo que me estaba sucediendo, porque yo no acababa de ver nada claro. Él me aseguro que se llega a una edad en que uno se "eleva espiritualmente". Pensé que llevaba razón. Pero al poco me vino a la cabeza la imagen del Longinos en La Pasión de Mel Gibson: para cerciorarse de la muerte de Jesús, el soldado romano le atraviesa el costado de donde brota al punto sangre y agua. Le cae en los ojos, y es como si le quitaran un velo. Los abre exageradamente, mira a Cristo y cae de rodillas.

Una conversión no es una elevación espiritual, es caer de rodillas ante el Crucificado. En mi caso, después de haberle dado estocada tras estocada.

Desde entonces no dejo que nadie opine sobre mi conversión. Que ha sido obra de Dios, muestra de Su Poder y de Su Infinita Misericordia, me es tan evidente que negarlo lo considero un pecado contra el Espíritu Santo.

Sean cuales sean las batallas que deba librar, y ya he librado algunas, y sea el que sea el resultado -dado que batallar es de hombres, pero la Victoria es de Dios, como decía Santa Juana de Arco que de estas cosas sabía-, no ha de ser otra mi intención que decir: "Non nobis, Domine, sed Nomini Tuo da Gloriam".




¡Viva Cristo Rey y Viva María, Auxiliadora de los Cristianos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario