Mi nombre es Sebastián Isael Pla Martorell, aunque todos me conocen por Isael, y este es mi pequeño blog. Escribo sobre lo que me apetece, pero sobre todo, escribo para Dios.

jueves, 20 de mayo de 2010

Sé que no casan el título del blog y la imagen, pero es que son independientes, cada uno tiene un por qué. De todos modos, ambos son provisionales.

Hubiese sido perfecto cualquier cuadro de San Pablo cayendo o caído del caballo y cegado por la luz, como el de Caravaggio, que por cierto quizá use definitivamente, pero me apetecía incluir la creación de Adán. Why? Porque me sosiega.

En el lateral de mi nevera hay un imán, de esos para sujetar papelitos y notitas, con esta pintura, que trajo mi madre de Italia el año pasado. No es muy grande, pero cuando paso cerca y reparo en él, me calmo. Incluso sin fijarme conscientemente, basta con que entre en mi campo de visión, algo que por cierto me pasa en muchas ocasiones de un tiempo a esta parte y no sólo con este fresco, también con cualquier sencilla cruz o con una imagen de la Santísima Virgen. Otro día escribiré sobre esto.

Como la cocina es el lugar donde desayuno, y casi (ya me entiendo) el primero que visito al levantarme, el Señor me recuerda con esta imagen que está conmigo, que es mi padre, que me creó, que me dio no sólo el alma, también el cuerpo; este cuerpo que a veces se idolatra y otras se desprecia es precisísimo para Dios, por eso hay que respetarlo como dice San Pablo, dignificarlo, porque es templo del Espíritu Santo; respetarlo, cuidarlo, y diría más: cultivarlo también.

En definitiva, creo que la palabra adecuada es que con esta obra, siento que Dios me arropa. Es un paso más del sosiego y dos más de la simple calma.

Adán (que representa no sólo al varón, sino al hombre en general, a la persona) mira a Dios con la cabeza ladeada a la izquierda y toca con su índice izquierdo el índice derecho del Creador, que lo mira con igual gesto tierno, recreándose en la criatura, como en un espejo (pues es su imagen), con la cabeza ladeada a su derecha. Miguel Ángel estuvo muy inspirado cuando lo pintó. Sí, muy inspirado... por Dios. Se nota mucho cuándo un artista que hace una obra religiosa es creyente y ama a Dios y cuándo no. Ya le gustaría a Barceló hacer algo como Miguel Ángel.

Por hoy nada más. En otro momento hablaré sobre el título.

¡Viva Cristo Rey y Viva la Virgen de la Misericordia!

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