Mi nombre es Sebastián Isael Pla Martorell, aunque todos me conocen por Isael, y este es mi pequeño blog. Escribo sobre lo que me apetece, pero sobre todo, escribo para Dios.

miércoles, 14 de julio de 2010

Derecho a vivir

Ayer recibí un paquete en que, junto con un par de libros interesantísimos, venía una balconera de Derechoavivir.org, la organización que con Hazteoir.org y otras van aglutinando el sentimiento de defensa de la vida humana desde la concepción, y por tanto, contra el aborto o asesinato de los niños no nacidos.

La he colgado en el balcón derecho de la casa de mi madre, que está frente al mar, y podrá ser observada por los bañistas durante todo el verano. En el balcón de la izquierda tengo colgada una bandera de España con un crespón negro junto al escudo, en protesta y sentimiento de pesar por la entrada en vigor el 5 de julio de este año de la nueva ley del aborto.

La bandera cuelga atada con varias bridas de plástico negro en la barandilla del balcón izquierdo. Tiene una libertad limitada para moverse con el aire; sólo la parte inferior se agita con diferente suavidad según el viento, ya que la altura del pendón excede en unos centímetros de la de la baranda y no sabía cómo asegurar esa parte para impedir que se moviera.

La balconera es de color rojo y tiene dibujado un gran corazón sonriente de color blanco en el centro y el lema "Derecho a Vivir" también en blanco. Disfruta de una mayor libertad. La parte superior está atada a la baranda con unas tiras cosidas en la propia tela, pero con la parte inferior ocurría lo mismo que con la bandera española: al ser de nuevo de altura superior a la propia barandilla no tenía dónde asegurar esa franja. Al principio aproveché las tiras que también tenía esa parte de la tela en los dos extremos , pero la solución no me satisfizo. Finalmente opte por enganchar a esas tiras un par de bridas blancas de manera que la balconera cayera holgada y libre, atada, pero permitiendo que se hinchara con el viento como una vela de barco.

Y así ha quedado. El viento, la brisa, donde está Dios, la acaricia y ella le responde bailando. Se hincha y se contrae a cada rato. Viéndola así hinchada por el aire, el gran corazón blanco parece un niño en el vientre de su madre que se mueve libre, seguro y amado. Parece San Juan Bautista niño, saltando y bailando en el vientre de Santa Isabel en el instante en que oyó el saludo de María.

¿Será casualidad que la bandera esté muy limitada por bridas negras? ¿Será casualidad que la balconera tenga mayor libertad, dada por bridas blancas? ¿Será casualidad que varias de las velas de un barco se llamen "Juanetes"? No ha habido premeditación en la manera de enganchar las telas en los balcones ni en el color de las bridas usadas. No ha habido premeditación en todo el trabajo que he hecho con la exhibición del pendón y la balconera, todo ha sido surgiendo sobre la marcha. De las casualidades me acabo de dar cuenta ahora mismo.

Mejor dicho, no ha habido premeditación por mi parte.


¡Viva Cristo Rey y viva la Virgen de Lluch!

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