Este fin de semana he estado en Barcelona, ciudad, claro, conocida y visitada por muchos y que vale la pena gustar. Como gran urbe, su extensión es enorme y hay que ir a la mayoría de lugares en metro, lo cual me da una cierta sensación de ansiedad. Demasiado grande, cuando a mí me gusta pasear.
Pero me asaltó una idea. Ninguna ciudad es demasiado grande cuando hay una iglesia donde poder visitar a Cristo Sacramentado. Cuando esa iglesia está cerca, hago una visita, recupero la serenidad interior, y marcho donde he de ir. Entonces, la ciudad se vuelve más pequeña y manejable.
¡Viva Cristo Rey y Viva Nuestra Señora del Camino de León!
"Cuando estaba esperando, llegaste Señor. ¡Te necesitaba en mi corazón!"
ResponderEliminarFeliz y Santa Noche de Navidad. Un abrazo